viernes, 6 de julio de 2012

EL VALOR DE RESPETAR LOS VALORES???


En las últimas semanas hemos podido apreciar y escuchar en los medios de comunicación social, una campaña que es promovida por la “Sociedad Nacional de Radio y Televisión”, en el que, mediante una serie de spots televisivos y radiales se identifican algunos de los valores “más esenciales” exponiéndolos a través de ejemplos sencillos de la vida diaria, anuncios en que se resalta una frase fuerza “Hay que tener el valor de respetar los valores”, y que, a decir de algunos, de primera impresión dicen “que buen anuncio”, “qué bueno que alguien se esté preocupando por una campaña de valores”, “excelente” dirían otros; ni qué decir de los asesores o las personas que decidieron aprobar “esta campañita”.

Al respecto, y sin ánimo de ser demasiado antagónico, lamentablemente, no podemos decir lo mismo, afirmamos esto porque con los mencionados mensajes sólo se está dejando entrever que las personas tienen conductas proantivalores o disociativas, adoptadas por ellas mismas, y no porque haya de por medio una contracultural motivación, de un enemigo invisible que no queremos reconocer.

Tratando de aclarar el por qué de mi posición, empezaré diciendo que, los Medios de Comunicación, a decir de los especialistas de las disciplinas que estudian a la sociedad, se encuentran dentro de los “Medios Informales de Control Social”, encontrándose allí además a la familia, el barrio, la escuela y la iglesia. Observemos, dice “… de control social”, es decir, uniéndome a las voces de los sociólogos, los medios informales destacan por ser los más importantes, ya que son los que establecen, conductas positivas o negativas, modos de vida buenos o malos, valores o antivalores, etc., contribuyéndose así al control o al descontrol social.

Ahora bien, tratando de ser más explícitos –especialmente para no herir susceptibilidades-, citaré algunos ejemplos: ¿hacemos bien los padres aconsejando a nuestros hijos que no deben mentir y luego pedirles que digan que “no estamos” cuando nos buscan en la casa y no queremos atender a quien nos está buscando?, ¿hace bien un maestro de clases al explicar a sus alumnos la importancia de la puntualidad en el horario de llegada, y es él quien siempre llega tarde?, o ¿que un cura hable de valores y guarde silencio frente a los miles de niños violados en el mundo por miembros de su iglesia o que simplemente a estos violadores sean cambiados de una iglesia a otra para tapar el escándalo?, y yendo al tema en sí, ¿se hace bien sólo promoviendo el valor de respetar los valores, o es necesario tener el valor de no promover antivalores?, nuestra modesta opinión obviamente es por lo último.

A nadie es ajeno que últimamente en los medios de comunicación, sólo tenemos propuestas disociativas, desde novelas que han pasado de ser de corte romántico amoroso a novelas policíacas de sangre, dolor y muerte, con narcotráfico, torturas, secuestros, sicariato, prostitución de menores, crimen organizado, etc., etc., sin ningún contenido social positivo (¿qué opinarían Irene y Miguel Sabido de lo que hoy se ve en la TV?), también hay de la promoción de personajes que cada día para lograr un titular maquiavélicamente se promocionan con “escándalos” en busca de primera planas de los diarios, los hay en nuestra fauna nacional y ni qué decir de los extranjeros; de otro lado, la simulación de la realidad en “top shows” o los llamados “realities” que cada vez más se muestran o se venden con escandalosas situaciones.
Seguramente algunos comunicadores dirán “esto es lo que quiere la gente” o “esto es lo que vende”, y quizá escuchemos por allí de parte de la audiencia “esto es lo que queremos ver”, entonces la pregunta se hace sentir sola ¿Esto es lo que se debe promover?.     Lo que hoy nos ofrece los medios, la promoción de conductas pro delictivas o de mediocridad, podemos afirmar con absoluta contundencia que dos caminos nos quedan; primero, que es la afirmación de conductas pro disociativas, cargadas de anomia social, con una futura generación de justiciables en juzgados penales, y segundo, sujetos con una elevada mediocridad, infértiles para pensar y concebir nuevas ideas, nuevos propósitos, rutinarios amantes de lo malo conocido que lo bueno por conocer, con lo que se contribuye, sólo a incrementar masivamente la “mano de obra del cholo barato”, cuya presencia epidémica contradice al talento, tuberculizándose así toda capacidad de imaginar, de pensar, de soñar, de ver más allá, y por ello no saben ni pueden opinar, con lo que reafirmamos lo dicho por Al Gore, aquí también se está “atacando nuestra capacidad de razonar”.

No es la mordaza la que nos anima, no va por allí nuestra intención, es sólo promover una elevada responsabilidad social de los comunicadores sociales, un país que tiene todo como el nuestro, del que Raimondi dijo “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, rico terruño que cada día asombra al mundo por sus incomparables riquezas, es éste espacio el que más nos debe preocupar o más atención le debemos poner, porque ya pareciera como que estuviésemos ante un “enemigo oculto”, aparentemente “invisible”, con permanente bombardeos a nuestra capacidad de razonar -especialmente de las futuras generaciones- con el que se puede manipular las opiniones y los sentimientos de las personas, degradándose el mercado de las ideas, de tal manera que hoy ya tenemos un siniestro coro de voces que cada día, como turba arrebañada, capta más adeptos al lema “si sangra manda, si piensa apesta”, lo que nos lleva a otra pregunta más dolorosa ¿Seguimos colonizados, para que nunca veamos el banco de oro que tenemos?; entonces es urgente TENER EL VALOR DE NO PROMOVER ANTIVALORES, y no simplemente promover EL VALOR DE RESPETAR LOS VALORES.

Autoría

BENITO D. CERVANTES QUIRÓZ
ABOGADO - DOCENTE  UNIVERSITARIO
AUTOR Y PROMOTOR
TEORÍA DE LA PREVENCIÓN CIENTÍFICO-SOCIAL DEL DELITO
benitodstalucia@hotmail.com 
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