jueves, 30 de agosto de 2012

EL MEJOR VECINO DE MI BARRIO



Hace tres años aproximadamente estoy viviendo en un nuevo barrio, con gente muy buena, trabajadora y además muy educada, desde uno de los ventanales de la parte posterior de mi nueva casa, como parte permanente del paisaje, se aprecia una losa deportiva, donde chicos y jóvenes, algunos desde muy temprano y, otros por la tarde, acuden a jugar; pero también como parte permanente de esa canchita deportiva, están siempre los días sábado por la tarde, dos niños de 10 y 13 años jugando con su papá.

A este mismo señor, al que veo cada fin de semana; en otras oportunidades lo vi con los mismos chicos en una heladería que queda cerca al barrio, también los he visto algunas veces paseando por un centro comercial, comprando polos, pantalones o zapatillas; un día conversando con mis hijos, que los conocen y se han hecho amigos del barrio, me dijeron que también los habían visto juntos, yendo al cine con su papá.


Hace poco se realizó la última reunión de vecinos, para tratar un tema de seguridad vecinal y otra actividad más, uno de los asistentes tocó el tema del vecino que siempre juega con sus hijos, quien por cierto no asistió a la reunión,  y pidió que se le incluya en una de las comisiones de la próxima actividad vecinal, y grande fue mi sorpresa cuando me enteré que él desde hace cinco años se separó de su esposa, que desde entonces no vive en el barrio, pero que viene religiosamente cada fin de semana y otros días más, para estar con sus hijos, que nunca ha dejado de asistirlos, que siempre está velando por ellos; que aunque la mamá de los chicos, nuestra vecina, tiene una nueva relación sentimental, él mantiene una buena relación de amistad con ella y continúa dejando sentir su presencia de padre a sus hijos; tanto es el cariño de los vecinos a este preocupado padre, que según me cuentan dejaron sus encuentros deportivos de los sábados y los pasaron a los domingos, para que él pueda tener la losa deportiva libre y pueda jugar con sus hijos, así como que otros niños del barrio también participen de ese encuentro.


Impresionante dedicación y entrega como ésta, así como el reconocimiento de los vecinos, hicieron nacer en mi, un sentimiento de profunda emoción, porque en el mundo aún hay esperanza de ser mejores personas, porque alguien con su especial forma de pensar, y sobre todo con su forma de ser, está contribuyendo con heredarle a nuestros hijos una sociedad más sana, más humana; desde aquel día ese vecino, que no mencionaré su nombre porque es el vecino de mi barrio, y que puede ser uno de los vecinos de tu barrio, o algún amigo, o conocido tuyo o de nosotros, se ha ganado mi especial respeto, para quien también he pedido que mis hijos respeten de igual forma.

Gracias vecino, muchas gracias, por contribuir con su forma de ser a que sus hijos no se afecten con su separación conyugal, gracias por asumir el reto de cumplir su misión de ser un excelente padre, gracias por enseñarnos con su ejemplo de mantener en alto la responsabilidad social con los hijos, gracias vecino por mostrarnos un camino que nos dice que podemos ser mejores,  Gracias vecino gracias por ser “EL MEJOR VECINO DE MI BARRIO”.

Autoría
BENITO D. CERVANTES QUIRÓZ
ABOGADO - DOCENTE  UNIVERSITARIO
AUTOR Y PROMOTOR
TEORÍA DE LA PREVENCIÓN CIENTÍFICO-SOCIAL DEL DELITO
benitodstalucia@hotmail.com 
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